La hija de Kilele se floreó en la primera del día en el Fernando Irastorza.
Con la conducción de Matías Fucenecco, la potranca ya en el meridiano lucía esbelta y en punta para terminar en lo mas alto del pedio y así regalarle una alegría a su entrenador Hugo Galarraga y a su propietario Rodolfo Troncoso